Mobiliario urbano, publicidad a pie de calle, cartelería que se sucede una tras otra, luminosos, etc. Son muchas las opciones de formato para campañas que acaban siendo acciones invisibles para el público y en las que las empresas e instituciones insisten que “deben” llamar nuestra atención a través de sus campañas, una tras otra, año tras año. ¿Quién no ha pasado muchas veces por el mismo sitio y hasta que alguien no nos llama la atención en un determinado rótulo o cartel ha sido invisible para nosotros?. Campañas que, como todas desde inicio pretenden tener fuerza, diferenciar su producto o su marca de la competencia, proyectar los valores de la marca, etc y que se invisibilizan entre una masiva exposición a impactos publicitarios que diariamente recibimos.
En ocasiones, en demasiadas ocasiones, cuando trabajamos en marketing y comunicación, la continuidad en el modo de hacer sin reflexión previa, es el orden del día en los Dptos. de Comunicación y Marketing. Sin pretender en este post analizar los hábitos o procesos de trabajo, creo que es un error frecuente no desarrollar una mínima reflexión al inicio, en mitad y/o al final de una campaña para mejorarla, y convierte el proceso en una gestión administrativa vinculada a la producción y por tanto escaso y pobre a nivel creativo, ya que el esfuerzo creativo lo hemos desarrollado en la idea creativa primigenia y damos como hechos sin reflexión otros elementos de la campaña. En este post abordaré los formatos.
Si nos centramos en la creatividad aplicada a los formatos me gustaría poder mostraros una campaña de la empresa IBM, sencilla, de mensajes muy concisos, limpia en cuanto a imagen y diseño pero muy fuerte en su concepto. Esta fortaleza viene a través de su formato y con toda seguridad no será un cartel más de una calle, estoy convencido que no pasa desapercibida. Su fuerza radica en esta idea ya aportada de volver sobre los conceptos, a pensar para repensar lo ya establecido.
Se trata de una cartelería a nivel de fachada pero que intenta acercarse a la ciudadanía a través de su incorporación al uso cotidiano de la ciudad, convirtiendo la cartelería en una parte de un mobiliario urbano, en un formato tenemos un banco de calle y en otro una marquesina que nos refugia de la lluvia.

Rescato una última idea de la campaña, no solo la destaco por su sencillez y simplicidad conceptual sino por la intención, al pretender llegar al ciudadano desde una clave distinta, la cual sin duda en la mente del consumidor potencial, posicionará a IBM como una marca que te ayuda, que colabora y sobre todo que piensa en el cliente.
En definitiva una acción tan clásica como la cartelería en mobiliario urbano que con una curvatura del formato en su parte inferior o superior nos desarrolla una campaña absolutamente novedosa. Lo dicho, pensar para repensar lo pensado.
Fuentes de datos
www.chipcreativo.com
www.pousca.com