La creatividad en publicidad no es un don, hay que trabajarla, madurarla y sobretodo disfrutarla.
¿Cómo se puede ser creativ*? Construyendo una dinámica de trabajo que mire 360º a lo que está ocurriendo, dejándote llevar muy alto por tu imaginación, y teniendo los pies en la tierra en todo momento. Si eres capaz de mantenerte en este equilibrio y además estás un poco desequilibrad* estás de suerte, podemos a empezar a poner en práctica alguna de estas pautas para provocar la creatividad.
1. Háblame de ti
Para poder sumergirse en el mar creativo primero hay que encontrarse a un* mism*, trabajar sobre temas que controlas y con los que te sientas agustico. Sólo así podremos encontrar nuestro traje de baño adecuado, el de nuestra talla: no hables de mejillones en escabeche si no te gustan las conservas.
2. No sumes, resta, y así multiplicas
Una buena idea no está cargada de elementos ni florituras, “Menos es más”, como bien decía Mies Van der Rohe.
Siguiendo esta pauta podemos construir tal y como lo hacía él con su arquitectura, “restando hasta que todo encaja”. Si al prescindir de alguno de los elementos el mensaje sigue siendo el mismo es porque realmente ese elemento no era necesario.
3. Di lo que piensas
Cuando trabajamos la creatividad tenemos que irnos a mar abierto, despojarnos del pudor y la timidez y sumergirnos en un brainstorming interno en el que todo puede ser válido.
Las ideas más ingenuas pueden llegar a ser las más ingeniosas, como lo hicieron en Publicis con las historias de Mixta.
Estas propuestas tienen ese espíritu canalla y el arrojo que son ejemplo de que las ideas más absurdas pueden convertirse en una campaña viral. Echa unas risas con este recopilatorio.
4. Compartir es vivir
Las ideas creativas pueden ser fabulosas para mi pero no funcionar con el objetivo deseado. Antes de que vean la luz se deben compartir con el equipo. Abre las orejas, escucha a nuestro entorno nos ayudará a terminar de construirla, perfeccionando matices que no podemos ver cuando nos enfrascamos en una idea. Acepta las críticas y aplícalas de forma constructiva, de cada error se aprende y se mejora.
5. ¡Orden en la sala!
Ya sabemos que la inspiración va a llegar trabajando, pero ¿cómo estás trabajando?. La organización y disciplina también forman parte de este mundo en el que todo el mundo cree que nos pasamos el día tumbados, viendo pelis o tomando cañas.. que también 😉
Un brief bien construido, una nube de tags, un esquema a mano alzada…son algunos de los recursos que mejor pueden ayudarnos a organizar nuestra mente y diseñar nuestra idea. El proceso creativo es un proceso del caos al orden.
6. Sal de la isla
Hay que estar al día en sobre lo que pasa en nuestra playa pero fuera hay nuevos mares aún por navegar. Es por eso que antes de crear tenemos que transformarnos en exploradores y avistar nuevas tierras, estar al día de las tendencias en comunicación y la competencia.
Todos los conocimientos que recibimos los aplicamos, a veces de forma inconsciente, en las propuestas creativas, eso es lo que se llama inspiración.
OJO, en algunas de nuestras campañas se respiran inspiraciones que van desde la moda de La Movida, la precisión olfativa de Jean-Baptiste Grenouille, el protagonista de la novela El Perfume o el programa de Sandro Rey. (Creo que esto se merece un post)
Hasta los más grandes tienen inspiración directa en algunas de sus obras maestras, sino mira las “influencias” de Tarantino.
Trabajar con el mundo de las ideas es un privilegio y una gran responsabilidad. Disfruta y aprende porque sólo así la creatividad se verá reflejada en tu proyecto.
Como dijo Mary Poppins “Todo trabajo tiene algo divertido y si encontráis ese algo, en un instante, ¡chas! se convierte en un juego.”