Distrito 798
Visitar o vivir en China es una experiencia gratificante a la vez que extenuante, un constante flujo de emociones que tienen su clímax en el contraste que percibes de manera constante. El contraste como síntoma de identidad de la China actual, donde el crecimiento económico se convierte en el leitmotiv, en detrimento de otros factores de la sociedad.
Aunque al reflujo de este crecimiento surgen nuevas iniciativas e inquietudes.
En la capital de este nuevo imperio nos encontramos con un distrito que por su idiosincrasia fue la semilla de la expresión artística moderna china bajo el tutelaje del gobierno chino. A principios de los años 50 un grupo de ingenieros de la Alemania del este, con el apoyo de la unión soviética proyectan un complejo industrial, que se dedicará en su mayoría a la fabricación de compuestos eléctricos, podemos apreciar en su diseño algunas trazas de la “Bauhaus”. Como su fundador Walter Gropius manifestaba “la forma sigue a la función”.
A principios de los años 90 y tras el cese de la actividad fabril se produce la colonización de este espacio de un área de unos 600000m2. En su origen por galerías extranjeras que servirán de trampolín a los artistas chinos, ante una sociedad ávida de consumo. Se produce a través de estas primeras galerías el hilo de unión necesario entre el arte chino y el arte occidental. Poco a poco este espacio se irá convirtiendo en un faro cultural en china que permitirá sacar al arte chino contemporáneo del más profundo de los olvidos.
Como ha ocurrido en otros casos, el comienzo de esta área fue fruto de la practicidad, es decir, la necesidad de espacios amplios con un coste por metro cuadrado asequible, esta premisa la cumplía sobradamente este complejo industrial, con lo que se convirtió en buen caldo de cultivo para los artistas locales y extranjeros residentes en Pekín.
Cuando paseas por el distrito puedes caer en la tentación percibir una cierta libertad artística, aunque como la gran mayoría de cosas en China con la supervisión permanente desde el propio gobierno.
El Distrito 798 se erige como símbolo del arte en Pekín, su arquitectura industrial de ladrillos rojos, tuberías e instalaciones que atraviesan el complejo y la amplitud de espacios hacen de éste, un lugar con el carácter suficiente como para atraer al extraño.
La carrera constante de aperturas de cafés, galerías y tiendas conlleva lo inevitable en estos casos, un fenómeno que se producen de una manera continuada en nuestras grandes ciudades, la gentrificación, entendiéndolo como el proceso de transformación urbana en la que la población original de un sector se ve desplazada por otro de mayor nivel adquisitivo. Éste es uno de los motivos por el cual muchos de sus primitivos habitantes se están trasladando a nuevas zonas de la capital como por ejemplo el East End Art District.
A pesar de ello, el Distrito 798 se erige como visita obligada de la capital para poder tomarle el pulso a la actividad cultural del país, pudiéndose perder uno por las diferentes galerías que lo componen.